Estas
últimas semanas en varios medios de comunicación han viralizado un juego
macabro denominado la Ballena Azul, varios de ellos invitaron a “especialistas”
a hablar del tema, detallaron los famosos 50 pasos, indagaron en varios países
sobre sus efectos y de los suicidios a los cuales muchas/os adolescentes habían
llegado. Sin embargo ¿qué hay más allá del juego?.
Además de
este juego al que expreso abiertamente que los medios de comunicación no
manejaron con buen tino, en una praxis adecuada de su formación ética;
desarrollaron conductas de psicosis colectiva. Entiendo que un medio de
comunicación se basa en pilares como: Educar, Informar y Entretener. Sin
embargo manejar una información tan delicada y con un alto contenido de morbo,
hacerla viral y sin medir las consecuencias de esa acción es realmente macabro.
Ahí, que
frente a estos desajustes del buen vivir, frente a la irrupción de la
tecnología que entre muchas otras cosas buenas que la acompañaron, también se
vinieron trastornos donde, seguro estoy, la famosa “Ballena Azul” se queda
pequeña frente a otros juegos que por suerte no se hicieron virales. Ahí que es
necesario incidir en prevención. Para ello es de responsabilidad de todos y en
especial de los padres de familia dejar el discurso de que la tecnología no es
para ellos. Hoy más que nunca un padre, una madre debe sumergirse, debe migrar
al mundo de la tecnología y obligarse a aprender. Solo desde esa realidad será
más capaz de hacer prevención, desechar en un padre esos dichos de: “… solo uso
el celular para llamar y responder llamada” es realmente negarse a conocer lo
que su hijo (con un mundo de tecnología en sus manos hace a partir del uso de
la internet). Por tanto es negarse a reconocer que se está quedando atrás en su
rol de formar dignos ciudadanos.
En
investigaciones desde el 2014 se logró identificar un juego macabro de
fabricación japonesa denominada RAPELAY la cual consistía en secuestrar
jovencitas, violarlas, tomar fotografías desnuda y luego obligarlas a abortar;
otro juego llamado PEDRO DICE, agrupaba a jovencitos para desafiarse en
conductas extremas como: “quien aguanta más tiempo colgado de una soga”; SAN
ANDREAS, un juego que tiene diferentes modalidades desde pornografía, matar,
robar, y torturar.
Entonces estimado lector muchos al no querer
migrar al mundo de la tecnología y negarse a descubrir que los riesgos no
solamente se encuentran en las calles sino también en las redes sociales es ser
simplemente un “analfabeto del mundo de
la internet”. Desde ese escenario difícilmente un padre de familia hará
prevención y simplemente desde esa ignorancia establecerá factores de riesgo.
Lo lamentable que nuestra niñez y adolescencia resulta siendo más vulnerable.
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