lunes, 3 de octubre de 2011

EDUCACIÓN EMOCIONAL: FORTALEZA ANTE LA ADVERSIDAD


En los escenarios en los que nos vemos confrontados en la cotidianeidad sin duda alguna, desde nuestras subjetividades, muy raras veces chocan con escenarios en los que se pone en tela de juicio todas nuestras capacidades afectivas-emocionales y prosociales cuando estamos frente a una persona con discapacidad.
Un término bastante ambiguo y a la vez bástante polémico y a la vez significativo, de debate, hasta incluso epistémico; y que sin embargo su rigurosidad científica queda en segundo plano en el instante en que las intersubjetividades nos enfrentan a una realidad objetiva; es el de hablar de Fortaleza ante la adversidad. Tan objetiva la experiencia vivida en un municipio del departamento de Potosí del año pasado en el que identificamos a una persona con la discapacidad denominada "Osteogénesis imperfecta" cuya patología es también llamada HUESOS DE CRISTAL y misma que consiste en un trastorno congénito, es decir, presente al nacer, que se caracteriza por una fragilidad de los huesos en excesiva, como consecuencia de una deficiencia congénita en la elaboración de una proteína, el colágeno. Quienes portan el defecto tienen menos colágeno de lo normal o es de una menor calidad y como es una proteína importante en la estructura de los huesos, causa una fragilidad y debilidad poco usual de los huesos.
Hace unos años atrás que por una caída sufre de epilepsía, presenta alusinaciones y por si fuera poco, son yá dos años que perdío la capacidad de audición. La familia refiere que presenta constantes ideaciones y conductas suicidas.
Cuando llegué acompañado de otros profesionales, nuestra presencia fue como una inyección de actitud positiva, una carga de vitalidad, un motivo más para ser fuerte ante la adversidad. Pués además de valorarlo clínicamente nos pusimos en el papel de publico apasionado con los trabajos que realiza, y qué sin embargo es poco valorado. En la imagen lo vemos presentándonos la maqueta de la iglesia principal de su municipio. Ese trabajado, lo hizo a escala, lo más sorprendente es que (por su patología), nunca fue a la escuela o una institución donde le enseñaran a hacer tan bellas obras.
Sin duda alguna esa obra, esos accionares del amigo; resultaron ser una cachetada a nuestras subjetividades, a nuestra concepción respecto a la vida. Un motivo entre nuestras realidades a ser fuerte ante la adversidad..., que desde mi realidad siempre la termino en la convicción plena de que éste aspecto, tan fundamental como pilar en la educación emocional, el de la automotivación; genere tanta vitalidad ante un escenario desfavorable y que sin embargo es testimonio de vida. La historia de Ronald motiva a creer aún más en las maravillas que la vida nos ofrece y solo nos pide reconocerla.

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