viernes, 28 de agosto de 2020

APROXIMACIONES DE LAS SECUELAS EMOCIONALES DEL COVID-19 A LUZ DEL EVANGELIO

Por: Nancy Loredo Zambrana


El presente ensayo tiene la finalidad de hacer una reflexión respecto de la naturaleza emocional del ser humano, para afrontar la pandemia del COVID-19, que haciendo una relación de la manera como las personas han vivido el Evangelio de Jesucristo, se pone en evidencia que estamos llamados al encuentro del prójimo, aún desde lo más sencillo, sin caer en banalidades, sino tener la certeza que Dios en su infinita misericordia nos acoge a diario, para dar paz a la humanidad.

 

I. INTRODUCCIÓN

La enfermedad del COVID-19, llegó al mundo de manera inesperada; que el mundo no estaba preparado para ello; muchos hogares, centenares de familias que han perdido un ser querido, es una paradoja pensar que ni con todo el dinero del mundo, ni siquiera con un sistema de salud aparentemente fuerte, pudo haber dado una respuesta eficiente al control de la enfermedad. Hoy en día aún no se sabe si existirá la vacuna o probablemente esto vaya a demorar; sin embargo los que quedamos, los que estamos hoy sufriendo en carne propia el efecto de las pérdidas, nos encontramos con sentimientos encontrados, preguntas sin respuestas, incertidumbre, pena, tristeza, dolor, angustia, miedo, planes sofocados, que se constituyen en eventos vitales que marcan un antes y un después en las proyecciones personales; además de encontrarnos en una etapa de reflexión y cuestionamiento de nuestra fe. 

Es de esta manera que Dios es quien responde con sus palabras de amor a pesar de lo que estamos viviendo es quien nos sostiene como lo sostuvo desde los tiempos remotos a su pueblo y es quien nos dice en el Evangelio de San Juan 5:24 

“En verdad les digo: El que escucha mi palabra y cree en el que me ha enviado, vive de vida eterna; ya no habrá juicio para él, porque ha pasado de la muerte a la vida”

El ser humano por naturaleza, cuando se encuentra frente a la posibilidad de la muerte, ingresa en un nivel de crisis existencial, donde la única verdad certera que tiene es la posibilidad de encontrarse en un algún momento con la muerte; pero la esperanza de la fe en Jesucristo, nos enseña en San Juan 8:51 

“En verdad les digo: el que guarda mi palabra no probará la muerte jamás” 

II. DESARROLLO 

El mundo de las emociones del ser humano se constituye en un fuerte proceso de re significación personal, frente a un hecho altamente traumático que es aprender a elaborar una pérdida, principalmente de aquel ser querido que te dejó por causa de ésta enfermedad que cada vez va mutando en demasía que la misma ciencia, no tiene el control científico de pronóstico, evolución y tratamiento; es en ese momento la fe, es un anclaje muy importante, para prevenir futuros problemas emocionales como los trastornos depresivos, trastornos ansiosos, el desarrollo posterior al suceso del trastorno por estrés postraumático, en el que de manera continua te sientes bombardeado de un pensamiento intrusivo, de culpa, de ideas como “era que…”, “si hubiera hecho…”, y otras tantas ideas, que en lugar de permitirnos superar el dolor, nos hunde cada vez con mayor intensidad, llegando incluso a perder el sentido de nuestra vida en el mundo y peor dejar nuestra fe y esperanza en la resurrección.

Es de ahí que el predicador, polemista, donde toma sentido de la palabra Eclesiastés, en hebreo Qohelet; manifiesta que el hombre no es dueño de su destino: todo es don de Dios, todo es incierto y nuestra razón se ve superada a cada instante; así también emplea una reflexión resumida de su pensamiento en el Ec. 3:11

“Toda obra de Dios llega a su tiempo, pero ha puesto la eternidad en el corazón de los hombres; y éstos no encuentran el sentido de la obra divina desde el principio al fin”

Pensar que el panorama actual, en el cual pensamos que todo tiene su tiempo, es aprender a aceptar los tiempos perfectos de Dios, pese al cúmulo de emociones negativas que uno puede experimentar, es importante recordar, la esperanza de nuestra fe, en el que Jesús es la resurrección y la vida; el que crea en El, aunque muera vivirá.

III. CONCLUSIONES 

El pueblo de Dios hoy en día está enfrentando un desafío importante respecto a la capacidad de permanecer en la Fe en Cristo, su salvación y resurrección, donde la muerte ya no tiene cabida y el principio de la vida es la que predomina frente a la adversidad y el dolor. Ahora bien, es pues nuestra fe y certeza que nos permite tener esperanza que en los tiempos perfectos de Dios volveremos a reunirnos todos una vez más con aquellos seres queridos que por causa de la enfermedad de esta pandemia ha dejado luto y dolor; generando un total desborde de emociones al cual no estuvimos preparados enfrentarlo alguna vez, es muy diferente comprender el dolor ajeno a uno propio, hoy vemos que cada familia ha sufrido pérdidas irreparables, donde solo nuestra esperanza del reencuentro nos mantiene firmes y fortalecidos para hacerle frente a la adversidad y salir victoriosos dando testimonio de la Fe puesta en nuestro señor Jesucristo.


A la memoria de la mujer valiente, fuerte y luchadora que tuve la oportunidad de llamarla mamá Graciela Zambrana López, (+)14/08/2020

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